La CASUALIDAD no existe. Todo es CAUSAL, No hay que darle más vueltas.
Han tenido que pasar 55 años de mi vida para darme cuenta, aunque como dice el refrán: nunca es tarde si la dicha es buena.
Pero ¿cómo he llegado a esta conclusión?
Durante años he estado recibiendo señales, en diferentes momentos, que me indicaban que debía tomar decisiones.
Mi obcecación y tozudez era más fuerte que esos mensajes que recibía. Hasta que hace unos años, empecé a hacer caso a esas señales, para descubrir que las decisiones que había tomado eran acertadas.
La CAUSALIDAD rige nuestras vidas. No quiero decir con eso que me haya convertido en un Determinista, o quizá si en un Determinista de bajo perfil, que no cree que el destino está escrito, sino que las acciones tienen sus causas y sus efectos, pero que existe la libertad de elección.
También he constatado, no sin cierto enfado, que las señales son más tercas que uno mismo, y que se manifiestan reiteradamente varias veces para que les hagas caso, a veces sin demasiado éxito.
Por eso pienso que debemos hacer caso a las señales. Y no sólo en la vida personal. También en la profesional.
En las empresas nos obsesionamos muchas veces en que las cosas deben ser, o transcurrir, o concretarse, de una forma determinada. Aunque recibimos múltiples señales de que no será así.
La intuición es fruto del conocimiento y de la experiencia.
Hagamos buen uso de ella. Leamos las señales. Seamos humildes.
Conseguiremos mejores éxitos y además…seremos más felices.
Post Data: Estas líneas están dedicadas a todas las personas que durante los últimos tiempos me dan la oportunidad de compartir su energía positiva. Gracias a las buenas personas, que haberlas, las hay.